viernes, 29 de mayo de 2015

EL PERIODISTA, EL ESCRITOR






EL PERIODISTA, EL ESCRITOR
Mi padre: Alberto Manrique Focaccio

Lo sentí cerca, muy cerca siempre.

De sus arrojos y fantasías
nacieron voces que deliraban
en epitafios de gran valía .

Cada palabra que él escribía
eran valores incalculables
y paradigmas de sus entrañas
que sin esfuerzo siempre paría.

Era mi padre, el periodista, el escritor,
la pluma viva.
¡Por Dios, que bien lo hacía!

En su oficina de árbol frondoso,
y en compañía de su teclado,
se acomodaba muy diligente
sobre su silla de TRES PATAS…

Sin ser loco, lo parecía, pues
no existían las medias tintas
ni las prebendas en su lenguaje;
hablaba claro y así escribía,
pues su entereza no se vendía.

De su cabeza salían en fila
ideas nuevas que compartía; sin
los apuntes de referencia, ni los
archivos, ni las carpetas;
pues la certeza de los sucesos
y su mente tan prodigiosa,
creaban sin ningún esfuerzo
sus épicas cuartillas.

Era mi padre, el escritor, un
hombre bueno de corazón.
“El periodista muere mil veces” y
Mil veces lo demostró.

Te amo papá.

ME FALTA EL AIRE (Soneto Inglés)

  Siniestro cráter trágico, en tu lava, aúllan tus vestigios sin retoño y un hilo destructor sagaz te enclava la miel que derramaste en el o...