martes, 20 de enero de 2009

A Frida Kahlo




Fatal e incierta,
se filtra la vida en tu equipaje,
ante la sensación odiosa de abandono.
Ese infame y negro deterioro
que envenena y amarga
nuestras venas.

Y no es lógico, ni sensato, reventar el hilo
o quemar las alas que nos cubren,
pero a veces el mundo es tan lúgubre,
que la cordura se quiebra en la inconciencia.

Comprendo tu actitud y desesperanza,
en la vida no encontraste luz perpetua
y por eso al vacío te lanzaste...
Elevando una plegaria, después de muerta
.

REFLEJOS



Me cubro con la noche sin estrellas,
sin luna, sin astro alguno.
Me cubro con los silencios abismales
de mi alma, y la fuente maravillosa
que se derrama eternamente, reflejando
mi cara, mi silueta de mujer que se
deleita en el intrínseco mirar de tu cansancio.

Reflejo de mis debilidades absolutas
ante los embates furiosos de tu boca,
de tus manos que me ungen de miel
y holocaustos efímeros de mis tibiezas.

Reflejo en la fuente pura de mis noches,
esas noches solitarias y lujuriosas
de mis pensamientos sensuales,
siniestros y tentadores que te evocan.
Narciso, es pálido reflejo, de lo que
que puede ver el manantial de tus ojos
en mi piel que palpita...
Eterna.

DOS ALMAS


Solo dos almas...
Y un sueño.

Almas confundidas en la inmensa vorágine
de nuestros cuerpos. Movimientos y orgasmos
de nuestras ansias inmersas.
Eclipses lunares en mi vientre que claman
por el edén eterno de tus manos.
Furtivos e inertes, asomándonos apenas
a la furia infinita de nuestros sexos.
Prohibidos en la entrega, jadeantes y
contaminados de piel, de espasmos.

Sigilosos y ocultos de los ojos que afligen,
de los ojos que se nutren de nuestra esencia.
Fieros y nefastos, inoportunos quizás, infieles
quizás, pero valientes y decididos a darlo todo
en la batalla de amor, que a voces grita:
¡Amémonos aunque sea pecado, amémonos aunque la
noche sea negra!
Y luego, llegará la paz, y el amor prevalecerá
aunque solo sea un sueño…
Aunque jamás tengamos nombre, ni condición.
Solo dos almas, y una entrega.
Solo dos almas, y un sueño.

SUEÑOS DE MUJER


Sueño recurrente de mis ansias,
que se guinda en el vértice de una estrella.
Sueño que se amalgama con tu pecho,
y se desborda en medio de tu alma.


Sueño infinito con tus besos, y el suave
titilar de tus pensamientos.
Soñar con las simientes del te quiero
que se entrelazan, ante el bocado magnífico
de nuestro aliento.

Divagar entre el cielo y el infierno,
sin anécdotas, ni preceptos.
Tomar de la vida lo que ofrece
y dejar que los sueños, sean nuestros.

Sueños que se tejen en silencio,
emulando confines de misterio.

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