EL PERIODISTA, EL ESCRITOR
Mi padre: Alberto Manrique Focaccio
Lo sentí cerca, muy cerca siempre.
De sus arrojos y fantasías
nacieron voces que deliraban
en epitafios de gran valía .
Cada palabra que él escribía
eran valores incalculables
y paradigmas de sus entrañas
que sin esfuerzo siempre paría.
Era mi padre, el periodista, el escritor,
la pluma viva.
¡Por Dios, que bien lo hacía!
En su oficina de árbol frondoso,
y en compañía de su teclado,
se acomodaba muy diligente
sobre su silla de TRES PATAS…
Sin ser loco, lo parecía, pues
no existían las medias tintas
ni las prebendas en su lenguaje;
hablaba claro y así escribía,
pues su entereza no se vendía.
De su cabeza salían en fila
ideas nuevas que compartía; sin
los apuntes de referencia, ni los
archivos, ni las carpetas;
pues la certeza de los sucesos
y su mente tan prodigiosa,
creaban sin ningún esfuerzo
sus épicas cuartillas.
Era mi padre, el escritor, un
hombre bueno de corazón.
“El periodista muere mil veces” y
Mil veces lo demostró.
Te amo papá.
4 comentarios:
Estimada Lila, ha sido hermoso encontrarte entre un mar de blogs que navegan por las aguas de Internet.
Hermoso poema en loor de tu padre. Ahora entiendo de dónde te viene a ti la magnificencia de tu pluma.
Abrazos desde el otro lado del Atlántico.
Candela querida, gracias por tu presencia en estos versos.
Abrazos especiales para ti.
Hermoso, felicitaciones, prima amada!
Gracias mi niña hermosa, te amo.
Bendiciones infinitas.
Publicar un comentario