martes, 27 de mayo de 2008

A UN AMOR IMBORRABLE




Mucho antes de comenzar el primer acto
muerto el amor y perdidas las ansias,
muerta la ilusión en completo desvarío
esas son las penas que cautivan a las lágrimas.

Un universo construido en las ruinas de un castillo,
nunca podrá ser un universo bien construido.
Canciones de amor que se cuelan por la ventana
de una sola alma… son canciones para los sordos
que quedan inertes, sin respuestas, ni dadivas.

Y cuando el amor se niega a morir…
Deja de ser amor y se convierte en obsesión
en melancolía, en frustración, en el recuerdo
de lo que pudo ser y no fue jamás.

Llámala a gritos, que te escuche el mundo
que las ventanas se abran de par en par
y que tus pulmones se agiten ante tu voz dolida
pero saca todo eso que llevas dentro
pareces una vela que se va consumiendo.

La vigilia no es buena, los pensamientos se agolpan
y es una eterna condena,
sal de ese rincón, atropella al cosmos
arrebátale a la vida los sueños
y sé tú mismo.

Los deseos, son eso: solo deseos
conviértelos en esperanzas para tu alma
en sonajeros para tus oídos
y vive… vive intensamente
hasta sangrar, pero de regocijo.
Quiérete, mírate a un espejo, reconoce tu valía
y grita, sigue gritando hasta que las piedras salten
no olvides que en una esquina de tu alma
renace un nuevo día.

LILA

HIMNO A TU SONRISA




Tu risa se dibuja tenue y maravillosa,
cual trémulo latido del alma, perdurable,
que se difunde en goce, diáfana, incomparable
en ánfora de almíbar, muy suave, contagiosa.

Sonrisa de tu boca tan dulce, y tan hermosa.
El único delirio, mi sueño inalcanzable,
procúrame caricias de fuente inagotable
de esa boca inquietante, sensual y caprichosa.

Tu sonrisa se eleva sobre el eterno claro
como las almas blancas que todo lo engalanan.
Desafiantes tus labios, que mi lengua profanan
tocándolos apenas en mi besar preclaro.
Lila Manrique
2008

MI MORTAJA



MI MORTAJA

Cuando muera me amortajan,
en la danza de mil horas
que asesinas y opresoras
tristemente se desgajan.

Tierra soy, a ella regreso,
sin delatar mi agonía
un sin fin de avemaría
que me liga, lo confieso

Temor de morir no existe
cuando se vive soñando.
Cada paso cosechando,
mi alma de paz se reviste.

Mi risa es solo una mueca
de la máscara que ostento,
sobre mi rostro sediento
y frágil como una rueca

Ya de nada me arrepiento,
ni de amores, ya, fallidos
que se donan en gemidos
de lujuria y buen intento.

Ni de aciertos onerosos
o mentira tan burlesca
con esa mirada fresca
que fingen ojos llorosos.

ME FALTA EL AIRE (Soneto Inglés)

  Siniestro cráter trágico, en tu lava, aúllan tus vestigios sin retoño y un hilo destructor sagaz te enclava la miel que derramaste en el o...