miércoles, 18 de marzo de 2009

TUS HUELLAS



TUS HUELLAS
Para mi tío Ramón
(Serventesios endecasílabos)

Tus huellas encadenan suaves lazos,
mi dulce peregrino del gran mundo
atado para siempre a nuestros brazos
en éxtasis de amor meditabundo.

Repasando entre versos tú ternura
que brindas a raudales complaciente,
legas tu corazón sin atadura
como un faro de luz: resplandeciente.

Tus ojos cual faroles van brillando
y alumbran los caminos tan oscuros
allí donde las huellas van labrando
ocasos que reviven sin apuros.

Huellas divinas, únicas, mortales
vestigios que se estampan en el viento
meciendo entre penumbras los ramales
que cantan al amor su advenimiento.

Imagen de cariño y de dulzura
que en el alma perfila sensaciones:
de grandeza y esencia en armadura
tu efigie se convierte en ilusiones.

Homenajes que llegan y te dotan
de regocijo y cálidos momentos
y es cuando el corazón se te alborota
y puedes conceder tus sentimientos.

¡Te quiero con el alma y contra el tiempo!

HACIA TI, MIS MANOS



No sé a dónde van las aves cuando emigran,
dejando su nido a la deriva.
Solo sé, que tú no te has ido porque en el
camino se perpetúo tu aroma. Y de tu sonrisa
surgieron arpegios de mediodía.
No quiero recordarte sin aliento,
por que tu recuerdo se ajustó a mi alma
como un verso. Y entre las rimas ausentes de
tus gestos, se alzaron gloriosos
tus ojos tan bellos.

Hoy, no rimo, no mido, no hago versos.
Hoy, junto mis manos y elevadas hacia ti
las mantengo, porque tu presencia habita
perpetuamente en este universo.
Porque solo diste unos pasos y luego
te seguiremos.
Porque eres un ángel mi querido pilluelo.
Porque de tu sonrisa, se ha enamorado el cielo,
y de tus ojos se prendó un lucero.
Te quiero Alejandro, mi dulce niño, mi primo,
mi cielo. Nos llevas en tu maleta,
cargada de sueños.
Dueño absoluto, de nuestros recuerdos

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