
RIMA XXVII
[Duerme]
Despierta, tiemblo al mirarte;
dormida, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo mientras tú duermes.
Despierta, ríes, y al reír tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.
[Duerme]
Despierta, tiemblo al mirarte;
dormida, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo mientras tú duermes.
Despierta, ríes, y al reír tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.
Gustavo Adolfo Bécquer
Despierta, me quedó en tus ojos;
dormida, presiento tu alma;
por eso mi amado tesoro
yo duermo, mientras tú me abrazas.
Despierta, mis labios te invocan,
e inquietan febril tu mirada,
chispas que adornan el cielo
en pos de la miel que tú evocas.
Dormida, sonrío a tus ojos,
mi mueca despierta tu instinto
bajo un sol que se acuesta goloso,
de esa luna que duerme profundo.
Aunque duerma mis ojos fulminan
tus deseos, alegrías y cantos.
Como rayos fulguran tu espacio
abrasando la sed de tu espasmo.
Despierta, mi voz te ennoblece,
te agradan los tonos que escuchas,
perlas blancas a ti te parecen,
derramadas en copas exactas.
Dormida, mis sienes tú besas,
evitas el ruido estridente.
No deseas que nada perturbe
el silencio, mientras amanece.
Me dices bajito, muy quedo…
Descansa mi amor, descansa.
¡Duerme! Mi vida…
¡Duerme!
dormida, presiento tu alma;
por eso mi amado tesoro
yo duermo, mientras tú me abrazas.
Despierta, mis labios te invocan,
e inquietan febril tu mirada,
chispas que adornan el cielo
en pos de la miel que tú evocas.
Dormida, sonrío a tus ojos,
mi mueca despierta tu instinto
bajo un sol que se acuesta goloso,
de esa luna que duerme profundo.
Aunque duerma mis ojos fulminan
tus deseos, alegrías y cantos.
Como rayos fulguran tu espacio
abrasando la sed de tu espasmo.
Despierta, mi voz te ennoblece,
te agradan los tonos que escuchas,
perlas blancas a ti te parecen,
derramadas en copas exactas.
Dormida, mis sienes tú besas,
evitas el ruido estridente.
No deseas que nada perturbe
el silencio, mientras amanece.
Me dices bajito, muy quedo…
Descansa mi amor, descansa.
¡Duerme! Mi vida…
¡Duerme!