miércoles, 21 de enero de 2009

SOLA EN UN BAR II


Sola en aquel bar, donde la tristeza
se apaga fugazmente y el
alma se caldea inexistente.
Sola y concibiendo una esperanza
en medio de las soledades ajenas.


Unos ojos tristes se enfrentan
a mis lágrimas, laceran mis pensamientos,
desesperanzados y absurdos.,
El dueño de esos ojos, carga sobre
sus hombros, la vida, la muerte
y el infierno de su alma.

Si pudiera adivinar las penas que le abruman,
abrazaría su espíritu y mitigaría su locura.
Hermosos ojos de hombre misterioso
que se evade en la madrugada de sus miedos.

Decidida a descubrir el mal que lo asesina,
me siento a su mesa, pidiendo un cigarrillo,
que no fumo, una llamarada que no necesito…
Y sutilmente, le increpo:

¿Imprudente te parezco?
Vamos amigo, toma conmigo, y brindemos
por la noche, por el vino, el olvido
y las nostalgias del ayer…

Brindemos por el silencio
de los muertos, y por el
barullo de los vivos también.

¡Que bonita sonrisa!
Anda, cuéntame tus penas.
Somos dos almas, apenas, que tratan de sobrevivir.
¿Te has quedado sin vino?
No te preocupes amigo,
que tu copa vuelvo a llenar.

Me mira, y sonríe sin tiempos,
sin mueca visible de alegría.
Solo sonríe y me mira.

Y allí estamos los dos:
Solos en aquel bar.
Solos, con nosotros mismos.

ME FALTA EL AIRE (Soneto Inglés)

  Siniestro cráter trágico, en tu lava, aúllan tus vestigios sin retoño y un hilo destructor sagaz te enclava la miel que derramaste en el o...